La luz y la sombra son elementos fundamentales en toda toma. Sin embargo, lograr una armonía, nitidez y calidad entre ambos elementos no es una tarea fácil; por el contrario, requiere de gran pericia y un profundo conocimiento del manejo de nuestra cámara fotográfica.
En este sentido, es de destacar que el ojo humano percibe el contraste entre luz y sombra de forma natural. Esto no ocurre con las cámaras, pues tienen una percepción más limitada, incluso los modelos más avanzados. A esta percepción y capacidad de contraste se le conoce como rango dinámico y hoy analizaremos de qué se trata.
¿Qué es el rango dinámico y la importancia de conocerlo?
Este concepto puede llegar a ser muy técnico, de manera que trataremos de explicarlo lo más sencillo posible. En primer lugar, debemos aclarar que el mismo está referido a determinar la cantidad de señales que es capaz de captar o reproducir un aparato electrónico. De manera que, de entrada, podemos evidenciar que no se trata de una expresión única de la fotografía. No obstante, en este artículo nos referiremos a su uso en esta disciplina.
Así las cosas, en el mundo de la fotografía tenemos que este elemento puede entenderse como la capacidad que posee una cámara de captar en una imagen la mayor cantidad de tonos posibles. De esta capacidad depende que en una fotografía (o video) logremos obtener más detalle, tanto en las zonas más claras y como en las más oscuras.
En consecuencia, dicho factor o característica de nuestra cámara es la razón por la cual el cielo que era tan bello a la vista terminó siendo un resplandor sin detalle, o porque los edificios son solo una mancha oscura sin claridad o nitidez.
En este sentido, una escena con alto rango dinámico es aquella que, entre las zonas más claras o brillantes y las zonas más oscuras tiene mucha diferencia o contraste. Por lo tanto, la cámara que se utilice para captarla debe poseer la capacidad para que la imagen sea detallada en las zonas de contraste.
Al respecto, es de destacar que nuestros ojos son capaces de captar de manera simultánea los detalles tanto en luces como en sombras. Esto se debe a que nuestras pupilas se adaptan continuamente a los diferentes niveles de brillo existentes en determinados momentos. Mientras que las cámaras, no han evolucionado hasta este punto, ni siquiera las más profesionales del mercado.
¿Cómo es captado por las cámaras?
Para tener una idea más clara, hablemos con datos objetivos. El rango dinámico, se mide en pasos de diafragma, también llamados stops o simplemente pasos. Cuántos más pasos tenga, más información puede recoger desde las partes más claras de la imagen a las sombras.
Entonces encontramos que las cámaras, en promedio, trabajan con una banda de 5 a 12 pasos de diafragma, entre tanto nuestros ojos son capaces de procesar imágenes con más de 15 pasos de diafragma de diferencia. De ahí, que veamos un hermoso paisaje pero cuando lo retratamos no es posible captar todo el esplendor del momento.
Ahora que sabemos esto, resulta importante que el sensor de nuestra cámara tenga el mayor rango dinámico posible, de esta forma, tendremos una imagen mucho más cercana a la realidad que perciben nuestros ojos. En otras palabras, entre más cercana sea la capacidad de nuestra cámara con respecto al de la escena a fotografiar, mayor detalle podrá tomar.
Histograma y rango dinámico
Teniendo en cuenta esta dificultad a la hora de captar una escena con altos contrastes, es momento de tomar cartas en el asunto. Sí, existen remedios o herramientas para trabajar con un rango dinámico inferior, de otro modo no tendríamos esas impactantes tomas de paisajes o contraluces.
El primer aliado con el que podemos contar es el histograma. Esto es un gráfico visible en nuestra cámara al tomar la foto o en un programa de edición al abrir la imagen. Con su ayuda, podremos ver la distribución de las luces y las sombras en una fotografía. Nos muestra los píxeles más oscuros a la izquierda y los más brillantes a la derecha.
El histograma nos permitirá saber si el rango dinámico de la escena se ajusta al rango que puede captar la cámara. Recordemos que el rango de la escena y de la cámara debe ser igual o en todo caso, el de la cámara ser superior al de la escena. De no ser así, habrá que recurrir a otros mecanismos para solventar esa diferencia.
En este sentido, cuando la gráfica presenta picos hacia la derecha, implica que la cámara no ha registrado en forma correcta la información de zonas claras. El resultado será lo que conocemos como fotos quemadas o sobreexpuestas, es decir, el brillo de algunos píxeles ha sobrepasado lo que la cámara puede registrar.
Este problema debe solventarse al momento de realizar la captura, ya que no puede resolverse posteriormente, a través de algún programa de computadora. En este escenario, no hay otra opción que oscurecer un poco la imagen. Pero, gracias al uso que le dimos al histograma conseguiremos una imagen que sí podemos mejorar luego, cosa que habría sido imposible si se sobreexponía la foto.
Una importante medición
Es de suma importancia no fallar en la medición, es decir debemos saber leer correctamente el histograma de nuestra cámara. Con lo cual, podremos asegurarnos de tener una buena exposición de la imagen, superando así, en cierta medida, las limitantes naturales de estos dispositivos.
Lo anterior, se traduce en que hemos conseguido el mayor rango dinámico posible durante la toma o in situ, por lo que no necesariamente deberemos recurrir a un programa computarizado con posterioridad para mejorar la imagen. Este escenario es lo ideal, no obstante, si deseamos mejorar la fotografía aún más podremos trabajarla con algún programa de edición que nos permitirá ampliar un poco más, el rango dinámico de la escena.
¿Cómo podemos aumentar el rango dinámico?
Conociendo esta limitante que poseen las cámaras y que existen verdaderas obras de arte que requieren ser fotografiadas con buena calidad, se han desarrollado técnicas para que este factor no sea un problema sin solución. De lo contrario, no existirían esas hermosas fotografías de paisajes luminosos con montañas y ríos a sus pies, solo por dar un ejemplo.
A continuación, presentamos un catálogo de las opciones que tenemos a disposición, para que esa hermosa escena se nos escape sin haberla captado apropiadamente.
Utilización de filtros
Para ayudarnos a evitar la sobreexposición de la imagen, un filtro degradado de densidad neutra, será nuestro apoyo. Con él, podemos lograr una compensación de las dos exposiciones (demasiada luz y demasiada sombra) reduciendo de esta manera la diferencia entre luces y sombras.
Es decir, ampliando el rango dinámico sin tener que escoger entre luces o sombras, sino aplicando un factor externo que resuelva el problema de forma natural.
Bracketing, HDR u horquillado
El Bracketing de exposición, o HDR (abreviatura en inglés de High Dynamic Range) consiste en tomar varias imágenes exactamente iguales en cuanto a encuadre, pero con cada una de ellas a distinta exposición. El procedimiento es muy sencillo: básicamente se captan tres imágenes, una expuesta para las luces, otra para las sombras y otra con los valores “correctos” que nos proporciona la cámara.
A través de Photoshop o algún otro programa de edición, iremos uniendo las imágenes con los diferentes valores de exposición, así toda la información se superpone dándonos detalles en todas las zonas de la imagen.
Esta técnica ha sido muy utilizada hasta hacerse muy popular en los últimos años. No obstante, hacemos la advertencia de no abusar de su uso. Cuando se realizan demasiado retoques con el uso del HDR, podemos estar alterando demasiado la imagen, perdiendo en el proceso la originalidad de la foto y creando una escena artificial.
Trabajar el archivo RAW
En esta modalidad recuperar luces es fácil, así podremos obtener buenos resultados, aunque se debe partir de una buena imagen. De esta forma podremos trabajar los ajustes básicos como sombras, altas luces, negros, blancos, todo lo cual permitirá ampliar el rango dinámico de la imagen. Esto nos ayudará a capturar más información y nos proporciona mucho más rango de tonos que si configuramos en JPEG.
Usar otra fuente de luz conjuntamente con la luz natural
Tan sencillo como usar un flash, un reflector o una lámpara LED. De esta forma podremos tener a todos los elementos que conforman la escena perfectamente iluminados y correctamente expuesto. Esto se utiliza frecuentemente para retratos, o en aquellas escenas en contraluz. Sin dudas, representa una de las mejores alternativas, aunque requiere de equipo especial y lograr que el objeto a ser fotografiado permanezca inmóvil.
Para concluir
Con este artículo quisimos enseñar una de las grandes limitantes de las cámaras, incluso las más profesionales. Y no es otra que esa incapacidad de captar la información correctamente de aquellas escenas con muchas diferencias entre luces y sombras.
Una vez que comprendemos esto, podemos estar conscientes de cuál es el límite de nuestra cámara. Con lo que podremos buscar las mejores técnicas o herramientas que nos permita sopesar sus carencias y lograr una foto prácticamente perfecta.